Monseñor Juan Hervas Benet ( Puzol Valencia 1905- Felanitx Mallorca-Baleares 1982) fue obispo de la diocesis de Mallorca entre los años 1946 y 1955. Primero como coadjutor con derecho a sucesión de su predecesor el arzobispo-obispo Josep Miralles Sbert.
En la isla de Mallorca se recuerda a este prelado valenciano - el primero en nombrar como vicario general a un sacerdote no miembro del cabildo catedralicio - por haber dado luz verde canonica al movimiento populista de los Cursillos de Cristiandad, surgido en el seno de la juventud masculina de la Acción católica fundado por el canónigo Sebastià Gayà Riera y el seglar Eduardo Bonnin Aguiló entre otros. Movimiento que - a raiz de su traslado al Obispado de Ciudad Real donde " se jubilaría -cumpliendo con una disposición del Concilio Vaticano II- el año 1976 fallecido ya Franco y en plena transición politica - se extendería al resto de las diocesis españolas, luego Portugal, ibero america y resto del mundo.
Leyendo, casualmente, un día - hace años - esta instancia que el, Obispo Hervás, mandó al gobernador civil de la provincia y dejando de lado algunas opiniones negativas sobre él como una expresada por el sacerdote, ahora secularizado, Jaume Santandreu Sureda u sus reflexiones, muy poco caritativas, con el canónigo Don Bruno Morey Fiol (de ciento un año actualmente) sobre su supuesta filiación biológica, no negaremos que tenía, o parecía tener, las ideas bastante claras en cuanto a la Moral pública sexual existía según los cánones establecidos en aquella época.
El que tuviera razón o no de exigir vigilancia y hasta cástigo, a las autoridades civiles, desde el punto de mira de ahora es obnviamente muy discutible y de vivir hoy mismo, y ver lo que a diario sucede. sin duda se moriría de un patatus. Pero.en 1949, España era un estado confesional católico, que tras la guerra civil. se regía por unos acuerdos firmados con la Santa Sede en los años 1930 y 1940. El peso del clero católico era muy fuerte aquel. La opinión de un ministro de Dios sobre cualquier asunto, fuera o no de su incumbencia, iba a misa. El obispo Hervás estaba más que convencido de su papel de Pastor de almas y Defensor de la Moral ( que sólo podía ser la cristiana) y las buenas costumbres.
El gobernador civil al que dirigió su oficio instancia era don José Manuel Pardo Suárez ( apellidado Pardo de Santayana Suárez). Este caballero estuvo de gobernador en Palma unos cinco años. Desde el 14 de junio 1945 hasta el 1 de junio de 1951. Anteriormente había estado de gobernador civil en la provincia de Lerida.
Por aquellos entonces, el gobernador civil de una provincia, no era un tipo cualquiera al que cualquier amigo o conocido, suyo. podía acercarsele sin más, tutearle y tratarle de " colega".
Al señor gobernador civil de la provincia, en España, se le trataba de Excelencia, lo mismo que los obispos. El gobernador civil de los de antes - predecesor de los actuales delegados de gobierno - era el jefe nato de la administración civil de la provincia y a su autoridad quedaban sometidas las diputaciones. Y en la epoca franquista el cargo de gobernador civil iba aparejado al de jefe provincial del partido politco único establecido. Era una éepoca igual que la del General Primo de Rivera, en que los alcaldes de España no eran elegidos sino nombrados y cesados por el Ministro de la Gobernación o por el gobernador civil según la importancia que el municipio tuviera.
Todo y que el señor Pardo Suárez o Pardo de Santayana Suárez compartiera y estuviera de acuerdo con las quejas expuestas por el obispo, me consta que no le hacía mucha gracia que, cada dos por tres, viniera a darle ordenes. Vamos lo consideraba poco más que un pesado.
Este oficio de la vispera de Reyes de 1949. del Obispo Hervás al Gobernador Pardo Suárez sobre supuestas y sin duda veraces escenas de prostitución en la zona de la Muralla por los alrededores de la Catedral es de antología. Para ser un poquito objetivos hemos de leerlos con los ojos, no diré de quien lo escribió o por lo menos lo firmó; pero sí con los ojos de quienes conocieron aquella época. No verlo asi y sacar conclusiones subjetivas nuestras y por descontado enfrentadas a la Iglesia y sus dirigentes a los que debe presentarse siempre como unos hipocritas pedofilos y pederastas, es un error irremediable y perverso. Seamos pues ecuanimes y moderados. Sin condenar ni censurar a nadie reconozcamos por lo menos la parte de verdad que cada uno pueda tener.
Escribía Monseñor Hervás aquel 5 de enero de 1949
"
Nuestra petición ,ordenó la colocación del conveniente alujmbrado en la parte del Mirador , ha que hago alusión en el documento citado ,y pudimos observar que se corrigieron los abusos denunciados, durante algún tiempo .Desgraciadamente, anteanoche ,al volver de Santa Eulalia, pasamos por la verguenza de presenciar tales escenas en el trecho que va desde el Palacio de la Almudaina a Nuestro Palacio Episcopal , que Nos vemos obligados a solicitar de V. E. el remedio necesario . El alumbrado de dichos lugares ha sido destruido totalmente . La desverguenza de las siete u ocho parejas que alli se encontraban era tal que , apesar de dar sobre ellos el haz de los faros de Nuestro coche , no se dignaron
cesar en la realización de sus actos nefandos . Aquello esta convertido, Señor Gobernador, en campo de prostitución. El espectáculo es incalificable ; y lo es mucho más el que se desarollen tales escenas junto a la Catedral y ante la residencia del Obispo de la Diocésis.
Estamos convencidos , Excmo. Sr., de que no habrá enmienda mientras no haya más vigilancia y no se impongan sanciones convenientes, hasta con carácter público y con la mayor energía . Si no se hace un escarmiento, el descaro llegará a terminos inconcebibles.
Recordando, Excmo. Sr., nuestra reciente conversación sobre el estado de las costumbres públicas ,y teniendo en cuenta la excelente voluntad que le anima , tengo la firme esperanza de que no dejará V.E. piedra por mover hasta lograr resultados positivos para remedio de tal verguenza pública.
Quedo rogando al cielo y en especial a la Santísima Virgen María para que le alcancen las luces y la necesaria fortaleza cristiana que la solución de estos abusos requiere.
Dios guarde a V. E. muchos años
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Palma, 5 de enero de 1949.
+ Juan Obispo de Mallorca
( firmado y rubricado)
Excelentísimo Señor Gobernador Civil de Baleares. CIUDAD
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