sábado, octubre 06, 2012

SI A LA VIDA SIEMPRE NO AL ABORTO .

Aqui tienen una opinon mia del año MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y TRES sobre la despenalización del aborto. Jefe del gobierno era Felipe Gonzalez Marquez y ministro de Sanidad Ernest Lluch Martin,ambos del Partido Socialista Obrero Español. "Las manifestaciones del Señor Ministro de Sanidad y Seguritat Social, Ernest Lluch, sobre la legalización de las interrupciones quirurgicas de la maternidad, han levantado comentarios para todos los gustos. Entre otras cosas, el señor Ministro pretende que, una vez aprobada esta legalización, las mujeres, que aborten, lo puedan hacer acogiéndose a la Seguridad Social. Por lo que veo el señor Ministro de Sanidad debe ignorar el artículo 114 delCódigo de la Deontología Médica - (artículo que no me saco de la cabeza hablando vulgarmente) - que prohíbe a los profesionales de la medicina, cualquier atentado contra el principio biológico de la vida humana. Principio que según la misma ciencia médica comienza con la propia fecundación del Ovario materno. Educado en el respeto a las Autoridades legítimas, no rectifico mis convicciones sobre e! principio de acatamiento a las leyes establocidas. Esto, sin embargo, corno a simple individuo, corno en español de a pié, me permito discrepar de una legalización qne, a mis oijos, lejos de representar ninguna mejora social, no constituye más que una vergonzoiza claudicación de las instituciones del país ante aquellos que necesitan de la despenalización para justificar su ausencia de sensibilidad para hacer frente a sus responsabilidades de padres. El señor Ministro de Sanidad y los partidarios de la despenalización del aborto argumentan que, cada año en nuestro país, se practican más de trescientos miles abortos clandestinos. en condiciones infrahumanas y peligrosas. No será tanto, señor ministro! ¿Cuantos de asesinatos, homicidios, (admetiendo que el aborto no sea ninguna de estas dos cosas), robos, hurtos estafas se cometen en todo el territorio del Estado? ¿Piensa, el gobierno del señor Ministro, legalizar, por eso. el asesinato, el homicidio, el robo, el hurto o la estafa? ¡Supondré que no! El gobierno actual de España tiene al alcance todos los medios legales para derroga, del Código Penal, los artículos 411, 412, 413, 414,415, 116, 417del. capítulo tercero, título octavo del texto en vigor. No discutiré esta legalidad. Tampoco me atreviré discutir la legitimidad de este Gobierno para modificar o cambiar leyes onormes de obligado cumplimiento. No estamos ante un gobierno impuesto o mantenido por la fuerza bruta de las armes.El Gobierno actual de España, un Gobierno salido de unas elecciones democráticas a las que fueron concurrir contrapuestads tendencias políticas. Coherente con mis afirmaciones anteriores. si el parlamento español - como parece probable-vota la legalización del aborto y el gobierno de la nación promulga la norma de ejecución correspondiente; en los cargos, honoríficos o no, de servidor de la administración pública, que pueda tener encomendados, acataré lo que presciruran mis superiores jerárquicos. Y de acuerdo con esta coherencia - que esta perdamunt opinionesfilosóficas o políticas - como ciudadano de un país donde está establecida, constitucionalmente, la libertad de opinión y expresión, de conformidad con mis creencias y lasenseñanzas recibidas de mis mayores, continuaré discrepando de algo que creo totalmente injusto; y que, por añadidura, va en contra de uno de los enunciados de nuestra Constitución Los defensores de las prácticas abortivas pretenden que todos los que nos manifestamos contra su legalización. somos unos hip6crits; o. en el mejor de los casos, personas que no hemos de afrontar cargas familiares. La primera calificación me parece una confirmación del adagio mallorquín "ver la joroba del vecino y no ver la suya". En cuanto al segundo punto, Dios sabe, cuanto, que me gustaría poder afrontar estas cargas familiares a las que aludía más arriba. Pero yo no tengo la culpa de que mi entorno ambiental me margine en este aspecto. Pretextando cuestiones, diferencias de edad cronológica con las personas con quienes me interesaría poderme relacionar. Tengo mis oídos mareados desde que tuve la pubertad. A buen entendedor, pienso que pocas palabras bastan. Volviendo al objeto del presente artículo, con todos mis respetos por las manifestaciones del Señor Ministro de Sanidad, estoy por la España del cambio, la España democrática y antifranquista;la España de las mejoras sociales. La España, incluso, de la planificación familiar. Y esta España no creo que tenga nada en común con esta otra España que aplaude, cobardemente, las histéricas protestas de mujeres que serán cualquier cosa: femenistas, abortistas, abogadas del amor libre mal entendido; pero que, para mi concepto, carecen de las más elementales cualidades del Instinto femenino. Esta otra España que, malintencionadamente, confunde a la gente de orden y sentido comun con los funcionarios del régimen pasado; tolerantes y cómplices de cualquier depravación; intolerantes y agresivos con los que, a menudo arriesgan sus vidas por la paz y la tranquilidad de todos los ciudadanos; sarcástica e irrespetuosa con quienes nos mantenemos fieles al culto de las ilustres familias, a la Aqui tienen una opinon mia del año MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y TRES sobre la despenalización del aborto. Jefe del gobierno era Felipe Gonzalez Marquez y ministro de Sanidad Ernest Lluch Martin,ambos del Partido Socialista Obrero Español. "Las manifestaciones del Señor Ministro de Sanidad iSeguritat Social, Ernest Lluch, sobre la legalización de las in terrupcionsquirurgiques de la maternidad, han levantado comentarios para todos los gustos. Entre otras cosas, el señor Ministro pretende que, una vez aprobada esta legalización, las mujeres, que aborten, lo puedan hacer acogiéndose a la Seguridad Social. Por lo que veo el señor Ministro de Sanidad debe ignorar el artículo 114 del Código de la Deontología Médica - (artículo que no me saco del capullo hablando vulgarmente) - que prohíbe a los profesionales de la medicina, cualquier atentado contra el principio biológico de la vida humana. Principio que según la misma ciencia médica comienza con la propia fecundación del Ovario materno. Educado en el respeto a las Autoridades legítimas, no rectifica mis convicciones sobre e! principide el acatamiento a las lleisestablertes. Esto, sin embargo, corno a simple individuo, corno en español de la calle, me permite discrepar con una legalización qne, a rnensulls, lejos de representar ninguna mejora social, no constituye más que unavergonyosa claudicación de las instituciones del país ante aquellos que necesitan de la despenalización para justificar su ausencia de sensibilidad para hacer frente a sus responsabilidades de padres. El señor Ministro de Sanidad y los partidarios de la despenalización del aborto argumentan que, cada año en nuestro país, se practican más de trescientos miles abortos clandestinos. en condiciones infrahumanesi peligrosas. No será tanto, señor ministro! Cuantos de asesinatos, homicidios, (admetente que el aborto no sea ninguna de estas dos cosas), robos, hurtos estafas se cometen en todo el territorio del'Estat? Piensa, el gobierno del señor Ministro, legalizar, por eso. el asesinato, el homicidio, el robo, elfurt o la estafa? Esperaré que no! El gobierno actual de España tiene al alcance todos los medios legales para deroga, del Código Penal, los artículos 411, 412, 413, 414,415, 116, 417 del. capítulo tercero, título octavo del texto en vigor. No discutesc esta legalidad. Tampoco m'atraviré discutir la legitimidad de este Gobierno para modificar o cambiar leyes onormes de obligado cumplimiento. No estamos a.davant un gobierno impuesto o mantenido por la fuerza bruta de las armes.El Gobierno actual de España, un Gobierno salido de unas elecciones democráticas a las que fueron concurrir contraoposades tendencias políticas. Coherente con mis afirmaciones anteriores. si el parlamento español - cuerno parece probable-vota la legalización del aborto y el gobierno de la nación promulga la norma de ejecución correspondiente, en los cargos, honoríficos o no, de servidor de la administración pública, que pueda tener encomendados, acataré lo que presciruran mis superiores jerárquicos. Y de acuerdo con esta coherencia - que esta perdamunt opiniones filosóficas o políticas - cuerno ciudadano de un país donde está establecida, constitucionalmente, la libertad de opinión y expresión, de conformidad con mis creencias y las enseñanzas recibidas de mis mayores, continuaré discrepante de algo que creo totalmente injusto; y que, por añadidura, va en contra de uno de los enunciados de nuestra Constitución Los defensores de las prácticas abortivas pretenden que todos los que nos manifestamos contra su legalización. somos unos hip6crits; o. en el mejor de los casos, personas que no debemos afrontar cargas familiares. La primera calificación me parece una confirmación del adagio mallorquín "ver la joroba del vecino y no ver la suya". En cuanto al segundo punto, Dios sabe, cuanto, que me gustaría poder afrontar estas cargas familiares a las que aludía más arriba. Pero yo no tengo la culpa de que mi entorno ambiental me margine en este aspecto. Pretextando cuestiones diferencias de edad cronológica con las personas con quienes me interesaría poderme relacionar, Tengo mis oídos mareados desde que tuve la pubertad. A buen entendedor, pienso que pocas palabras bastan. Volviendo al objeto del presente artículo, con todos mis respetos por las manifestaciones del Señor Ministro de Sanidad, estoy por la España del cambio, la España democrática y antifranquista;la España de las mejoras sociales. La España, incluso, de la planificación familiar. Y esta España no creo que tenga nada en común con esta otra España que aplaude, cobardemente, las histéricas protestas de mujeres que serán cualquier cosa,: femenistes, abortistas, abogadas del amor libre mal entendido; pero que, para mi concepto, carecen de las más elementales ualidades del Instinct femenino. Esta otra España que, malintencionadamente, confunde a la gente de orden y sentido comun con los funcionarios del régimen pasado; tolerantes y cómplice de cualquier depravación; intolerantes y agresiva con los que, a menudonarriesgan sus vidas para la paz y la tranquilidad de todos los ciudadanos; sarcástica e irrespetuosa por quienes nos mantenemos fieles al culto de las ilustres familias, a la patria, al honor." Joan Antoni Estades de Moncaira y Bisbal Nota Con el titulo de:Despenalizar el abortom no creo sea uma mejora. Creo yo ,fuepublicado (origonal en catalán ) en el semanario Sóller num 5001 22/01/1983 bajo el seudónimo de Jaurés. Yo era entonces desde el año 1976 fiscal del juzgado de paz de Fornalutxpatria, al honor." Joan Antoni Estades de Moncaira y Bisbal Nota Con el titulo de:Despenalizar el abortom no creo sea uma mejora. Creo yo ,fuepublicado (origonal en catalán ) en el semanario Sóller num 5001 22/01/1983 bajo el seudónimo de Jaurés. Yo era entonces desde el año 1976 fiscal del juzgado de paz de Fornalutx

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